lunes, 8 de mayo de 2006

Goma de borrar (de los 20 duros)

Me desdigo, de verdad, me censuro y me corto. No se puede enjuiciar nada, ni opinar objetivamente acerca de algo cuando nadas en ácido láctico, uno de los dos dedos que utilizas para verter basurilla está al doble de su capacidad de almacenamiento de fluidos, y vuelves de el típico y amargo viaje de la decepción personal, también conocido como humillación gratuíta ante alguien que merece bilis y buena puntería.

Por todo ello, y sobreponiéndome al gen materno, repito que me desdigo. Y proclamo como cierta la ley matemática que nos desvela el resultado de sumar cinísmo y sarcásmo:

em....

...¿susto a la mañana siguiente?

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