jueves, 24 de enero de 2008

Juntos nada más

Acabo de ver un cuento de hadas.

Es un película tan feliz que parece no tener razón de ser, porque; ¿A quién le interesa una historia sin moraleja?

Perdón, quiería decir, catársis.

Yo, normalmente, me siento mejor cuando el protagonista mira a cámara en la escena final, con los ojos vidriosos y sin mediar palabra, los cierra, y la pantalla se funde en negro, y entonces todos lloramos en su lugar.

Pero ahora, sintiéndome peor porque la última escena es romántica, alegre, imprevisible de tan previsible, como cuando tienes un sueño y se cumple, o como cuando algo te sale a la primera contra todo mal pronóstico… cuando las cosas son sencillas, lineales, lógicas… creo que es una forma de conmoverse que me araña un poco más profundo.

En este mundo mío, a eso se le llama ficción.

Por cierto, el tráiler es una mierda. No "comprime" nada de nada.

Esto no es una crítica de cine, ni siquiera se parece a una reseña. Podría empezar hablando del argumento, o de lo interesante que subyace detrás de cada personaje, y que tienen cuidado de no mostrar, para que puedas al menos irte a la cama alargando el asunto, que es en el fondo lo que a mí me interesa.

Quizás también interese saber que la pelicula se basa en un libro homónimo que no he leído aún, porque me acabo de enterar. A lo mejor ahora tengo que leérmelo como investigación personal psicológica, no vaya a ser que la prota se parezca todavía un poquito más a mi.



lunes, 14 de enero de 2008