jueves, 30 de marzo de 2006

Pinchan mi muñeco de algodón...

Mañana comprobaré si puedo vencer al trabajito de vudú -que a estas alturas nadie duda me están haciendo- mediante optimismo, voluntad y pocas ganas de tener ningún tornillo en mi boca. En mi boca sólo entran cosas dulces y ricas. Vaaaamos hooooombre.

Por otro lado, en mi cuarto están sucediendo cosas paranormales también.

miércoles, 29 de marzo de 2006

Cuentos para no viajar

No me había reído nunca tanto con el enlace de un enlace de un enlace de un enlace. (Ni cómo de aburrida hay que estar para separarse cuatro grados de tu objetivo inicial).

Francia... ése país...

Ellos las crían y flickr los junta...

Obstáculos

La vida es bella, en el radio de un metro cuadrado puedo encontrar montones de cosas que me gustan: me gusta mi ratón con cable, cuando le funciona el usb, me gustan los lápices de colores en su vasito, puestos ahí por vicio ?todos afilados y sin usar-, me molan las cajitas negras de los carretes de fotos, la bola que hace trabajar el antebrazo y la muñeca creando fuerza de rozamiento ? rota- . Me gusta el botecito de tinta china Pelikan, con su etiqueta amarilla, ocupando espacio sobre el altavoz por vete a saber qué razón inexplicable. Me encanta tener el teclado con cable sobresaliendo de la cajonera, conectado al pc para cuando el inalámbrico no vaya en la pantalla negra de inicio.
Y demás basura de mierda que no hace nada, excepto estorbar. Todo eso me gusta.

lunes, 27 de marzo de 2006

Tirando a la basura el baúl de los recuerdos

Por supuesto, mientras el paso del tiempo nos empuja a deshacernos de los recuerdos, ya sea mediante cajas al vertedero, o lavados de cerebro... siempre puedes hacerles fotografías y recordar cómo eras con 16 y 17 años a través de los cuadernos y los papeles del instituto...

Puedes pasarte la vida preguntándote cómo eras de adolescente, y si te hubieses caído bien, si conservas algo valioso de aquella época, o si el último resquicio de tu edad del pavo está ahora mismo camino de la incineradora.

En 1997 y 98;

Escribía la columna de música en el periódico del instituto... recomendando algunos discos que no recuerdo haber escuchado...

Discutía con mi compañero de mesa sobre Ocean Colour Scene. (La música emotiva con influencias de bossanova era Amistades Peligrosas). Y dudaba al escribir la palabra gilipollas (cosas que no cambian).

Le hacía caricaturas que no le molestaban en absoluto...


Me tiraba noches enteras colgada del teléfono de toxicología por culpa del mismo compañero de pupitre...

Desarrollaba mi filosofía vital con recordatorios en la agenda...


Era moderadamente anticlerical...


Y bastante ingenua...


Estaba enamorada de García Lorca, un poeta muerto y gay...


Pasaba indemne la selectividad...

Y los pisos eran ridículamente baratos...


martes, 21 de marzo de 2006

La estupidez es incapacidad para aprender

Este blog tiene una línea editorial tan deprimente que haré lo que he venido haciendo desde 2003; decir que paro, me bajo y lo dejo... conociéndome, mañana volveré a tener ganas de escribir cualquier cosa, vete a saber qué.

jueves, 16 de marzo de 2006

Sigue, que yo te aviso

De por qué no:

Recomendaría las pelis de abajo, que son, por este orden:

The Heart is deceitful above all things : porque es la ficticia biografía de J.T Leroy, un fraude literario. Aunque Asia Argento no tenga la culpa.

Gummo: Seguimos a unos niños asalvajados por la América profunda. Pero es cruel y no tiene sentido ni como paja mental. Para amantes de los gatos.

The Brown Bunny: lo más interesante del largo viaje de Vincent Gallo está al final, si llegas.

The Last Days: Al final el prota muere, y no me extraña.

Je t´aime. Moi non plus: tengo que reconocer que la vi en francés subtitulada en inglés, y que no me entiendo en ninguno de los dos idiomas. Pero tampoco es una peli cimentada en el diálogo. O va de un gay que se enamora de una chica ? a la que trata como un hombre en todos los aspectos- o seré yo la retorcida. Es desagradable si te fías de la suavidad de la canción homónima. Supongo que me pilló poco avisada.

A+; esta es la más truño de todas, y no tiene disculpa. Una parejita pretende colocar dos kilos de coca robada en un festival de música. Rodada cámara digital en mano es un videoclip largo y malo. Eso sí, todos son altos, guapos y modelnos.


¿Y por qué me tragué todas estas recreaciones artificiales del ?underground? contemporáneo?

Porque mi aburrimiento vital me dijo ?Sigue, que yo te aviso?.

martes, 14 de marzo de 2006

Cine "moderno"

La cantidad de pesadillas que me hubiese ahorrado de no haber visto las siguientes películas:
(Premio para quien saque algún título)






domingo, 12 de marzo de 2006

El diapasón familiar

Últimamente me cuesta hacer cualquier cosa, desde comer hasta dormir, leer a escribir, pensar o hablar con la gente. Incluso me muevo más lentamente, y todo me va despacio como si el aire se hubiese vuelto espeso o estuviese a seis mil metros de altitud (o como imagino que debe de ser).

Durante el día le doy vueltas al mismo tema de siempre, y al final acabo también como siempre, con un montón de tiempo perdido y sin conclusión a la vista. Luego, por la noche, cuando me entierro bajo el plumas y me tapo la cabeza, algo se enciende en mi cerebro, la sangre me hierve y tengo que destaparme para poder seguir respirando.

Hace unos días mi tía permaneció parada como treinta segundos frente a un semáforo en verde, mientras los coches la esquivaban cambiando de carril.

Debemos de tener hongos alucinógenos en casa.

viernes, 10 de marzo de 2006

300 segundos y contando

La vida será larga, pero la mayoría de las cosas importantes se saben en cinco minutos.

Y casi todo lo importante te puede ocurrir en cinco minutos. En cualquiera de los futuros cinco minutos de aquí en adelante. Y cada cinco minutos se oye un suspiro de alivio en el mundo.

martes, 7 de marzo de 2006

Uno alegre

Zapeando hace unos días, me topé con un capítulo de la serie HOUSE, protagonizada por un doctor brutalmente honesto donde utilizan los atroces síntomas de un moribundo para organizar la trama detectivesca en búsqueda del perfecto diagnostico. Por el camino, al enfermo le caen tratamientos erróneos, humillaciones públicas para que cante sus más íntimos secretos, y un doctor que ni de la más remota coña podría permitirse esos modales en un país como Norteamérica, la cuna de los litigios y la jurisprudencia.

Pero cae bien porque se equivoca y es un fascinante cabrón de ficción. En la realidad estos tipos duros probablemente acaben colgados de una viga de su despacho diez años antes de la jubilación, y sin un solo amigo. Aunque nunca faltará alguien que diga lo excéntrico que era con tono cariñoso, quizás en el corrillo más grande de su funeral, compuesto por tres personas.

El pobre es adicto a los calmantes. Así que cuando en plena fase aguda de su desintoxicación no puede soportar el dolor de su pierna, se rompe un dedo a posta.
Por lo visto el cuerpo administra su capacidad de resistencia dando prioridad al dolor más intenso y olvidando el resto.

Qué interesante me pareció.

Emocionalmente creo que ocurre lo contrario. Cuando te cae la más gorda, acabamos con un ataque de histeria por encajar mal una palabra, porque el filete está frío o porque simplemente te planten.

Lo que más duele se guarda en un compartimiento estanco, en cuarentena, como un virus latente, y ahí se queda preparado para el ataque a la más mínima señal de debilidad.

Y todo esto para no acabar volando por la ventana a la primera de cambio. Al fin y al cabo estamos diseñados para sobrevivir. Los límites, salvo accidentes o personalidades muy muy impacientes, se descubren a base de palos y tiempo, y siendo ya tan viejo que no te suicidas ya por pereza, porque te parece de mala educación no esperar un poquito.

Así que como dice el refrán; Señor, no me mandes todo lo que pueda soportar.

Por lo pronto he decidido partirme un hueso pequeño cada vez que me de la depre.

viernes, 3 de marzo de 2006

Lo duro dura más

?que dice aquél.

Era por escribir algo.

jueves, 2 de marzo de 2006

Culo dolorido

Me han aceptado en un curso de diseño gráfico que me ocupará la vida de 5 a 10 de la noche, cada noche, hasta septiembre. Así será mi vida durante casi todo 2006, enchufada a un programa informático, y sentada sobre una incómoda silla de oficina mientras escudriño una pantalla.

Y se supone que de 9 a 2 de la tarde estaré atendiendo las clases de mi carrera universitaria inconclusa. Son muchas horas sentada para volver a sentarme al llegar a casa. Incluso creo que no debería estar en casa como hasta ahora; sentada de nuevo.

Este último puente ha sido el puente sentado. Estos dos últimos años se han sentado, y siguen sentados. Sentada voy, y sentada paso el rato.

Me siento en el bus mientras se mueve de casa a clase, donde me siento atrás. Y me devuelve a mediodía, a mi silla frente al almuerzo. Luego de nuevo un asiento de un interurbano me deja a cien metros de la silla barata de la academia, que me coloca frente a la pantalla barata de baja resolución que manejamos en clase. Y de ahí a casa en otra silla, nocturna ya, hasta el hogar de paso,donde la mejor silla de todas espera a que regrese con ganas, sin ganas ella misma de ejercer de silla.

Y van dos semanas.