miércoles, 2 de noviembre de 2005

Estos días azules...

Míralo dentro de un contexto. Es la frase para los que estudian el pasado. El artístico, el histórico, el científico o los tres juntos.

Eso hacemos en clase de Cine, aunque nos riamos cuando la película dice miedo, porque ya no nos lo da. En lo simple que era todo, como si los hombres de hace un siglo fuesen una masa de niños que alimentar de emociones muy digeridas: miedo, amor, 30 segundos de realidad en movimiento... y lo curioso es que, conforme la técnica se refinaba, también lo hacía el argumento. ¿Los niños crecieron? Igual la burguesía que llenaba el teatro para ver cine podrían considerarse a sí mismos adolescentes dibujados con brocha gorda. Por eso los finales encajaban como novelones, puzzles de tres piezas: planteamiento, nudo y desenlace.

Los únicos adultos eran los artistas, según el espejo de MI época. Los que eran capaces de crear mientras nadaban en el mar de subjetividad que corresponde al conocimiento, donde uno nunca está realmente muy seguro de nada.

Míralo en tu época, dice mi profesor de literatura. Esas revistas literarias de posguerra que arañaban un poco de aquí y allá, para lograr algo casi visible. Da miedo el fascismo, sobre todo cuando aprendes a reconocerlo a tu alrededor, con todo el esfuerzo de algunos por volvernos niños.

Conocía la historia del poeta Antonio Machado de haberla estudiado en los libros. Pero yo desconfío de los libros, no acabo de creerme ninguno. Quizás por eso me he vuelto una frívola, un poco cáscara, que prefiere la superficie que existe porque tiene que existir, porque contiene un montón de cosas inciertas...

La historia del destierro de Machado, un hombre cruzando los Pirineos a pie junto a su madre anciana. Saliendo de España para morir dos días después en un pueblo francés junto a la frontera. Como si negase su sangre a la carnicería en la que ya se había convertido su país. Y el papelito que llevaba a cuestas, esos dos versos de maleta.

Estos días azules y este sol de la infancia.

En medio de la clase, yo que no tengo cultura ni erudición que apoyen mis sensaciones superficiales. Sólo siento que me han engañado, porque la verdad no tiene contexto histórico. Aunque esto lo piense yo hoy aquí, ahora.

2 comentarios:

  1. ...Puede ser que yo siempre esté pensando en mi buen aspecto,
    No sé si deba decírtelo, cariño, pero no he encontrado nada más profundo aún.
    Se ha dicho tanto que las apariencias engañan...
    Y por supuesto que engañarán a quien sea tan vulgar como para creerlo.

    Si pensás que el alma no se ve, el alma sí se ve, y puede combinar muy bien... ¨

    Sergio Pangaro & Baccarat

    salute

    ResponderEliminar
  2. Cuando leo cosas que me despedazan la cabeza me dan ganas de comentar, pero no puedo comentar nada, lo lamento.



    y llegué a la página buscando en google ese tema de baccarat

    ResponderEliminar