domingo, 11 de diciembre de 2005

Kamuniak o hay amores que matan

Después de intentar tener banda ancha durante los últimos cuatro meses, continúo la marcha usando una conexión a 56 kbps. Y tengo la sensación de que todo va muy lento. Muuuy lento. Y dejando a un lado la velocidad, también añadiría un factor que hace siempre más pesado el tiempo: la monotonía.

Estoy en tierras medias, en páramos de tierra seca, en la redacción del apartado sucesos.

Veo documentales de animales de la 2 a la hora de la siesta, y acabo medio llorando porque una leona keniata, abandonada por su manada de cría, tiene la extraña costumbre de adoptar cachorros de onix; el postre favorito de sus congéneres.

Evolución es superar el instinto, que dicen.

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